Portal i Tanca Finca Miralles

Lo que más llama la atención del conjunto es el perfil ondulante de la porción de pared que todavía se mantiene intacta. El muro está hecho con piedra de mortero, trencadís blanco, y está rematado por una red de tela metálica con pinchos en la parte superior, similar a la forma de una red de pescar. Este coronamiento acentúa la silueta curvilínea de la pared perimetral y le confiere un especial dinamismo. 

La cerca enlaza el portal de entrada con un sinuoso arco lobulado donde se abren dos puertas, la de carruajes y la de viandantes, también de originales formas curvas. Ambos accesos están protegidos, a cada  lado, por dos grandes marquesinas construidas de manera compleja: una estructura metálica de tirantes forma el entramado de bigas que soporta unas piezas de fibrocemento con forma de caparazón de tortuga. Estas tejas de grandes dimensiones actúan de visera y fueron diseñadas por el artista expresamente para la ocasión. 

Como todo buen pionero, el arquitecto disfrutaba experimentando, y encontró un banco de pruebas ideal en la maquinaria de la firma de complementos para la construcción que tenía el señor Miralles. Sin ir más lejos, usó las prensas de la fábrica para hacer los cálculos de resistencia de materiales de varias de sus obras, como la Casa Milá. El reusense colaboraría con el industrial en otros proyectos como el fumador de la Casa Vicens o la decoración del Bar Torino (en Gran Vía con Passeig de Gracia), todas de un presupuesto más modesto respecto a los que ya acostumbraba a manejar el artista. A pesar de eso, Gaudí coronó el trabajo con dos excelentes ejemplos de su pericia con la forja: la reja de la puerta de viandantes y la clásica cruz de cuatro brazos tridimensional. La que se puede ver hoy en día es una réplica, ya que la original se conserva en la Casa-Museo Gaudí del Park Güell.

Formalmente, el lenguaje de esta obra remite a otras obras menos conocidas del artista, como la Puerta de los pájaros, en Comillas, la Puerta del chalet Graner, en Barcelona, o la desaparecida Cerca de la finca Mateu (conocida como La Miranda) en Llinars del Vallés. 

Estudiando las fotografías de archivo del conjunto no se llega a comprender como, años después, su colaborador Sugranyes colocó un convencional cancel de dos puertas con dos pilares de soporte y dos rejas laterales dentro del agujero principal. Gaudí había dejado acabada una espléndida puerta lateral para los viandantes, de perfil lobulado, y construida con flejes metálicos industriales. Cabe suponer, una vez más, que el señor Miralles no estaba para muchos gastos. Quien paga, manda.

En el año 2000, el portal fue restaurado y, aprovechando la ocasión, se inauguró la escultura A Antoni Gaudí, un retrato a tamaño real y cuerpo completo realizado por el escultor Joaquim Camps. Actualmente, el muro y la portalada sirven como cerca de unos  edificios construidos a finales de los sesenta, conocidos popularmente como Les Cotxeres por ser allí donde, durante algún tiempo, se aparcaban los tranvías de la ciudad.